Abogados para disoluciones y liquidaciones en Huelva

En el momento de cerrar definitivamente una empresa hay que tener en cuenta los procedimientos a seguir para que la disolución de la sociedad sea efectiva y de acuerdo a la ley. Dentro del acto jurídico que constituye una disolución de una sociedad en primer lugar se deben saldar las deudas pendientes de pago, proceso denominado liquidación y durante el cual se añade a la denominación social de la empresa las palabras 'en liquidación'.

Liquidación de una Sociedad

Para ello la Junta General de la compañía debe acordar iniciar ese proceso si se diese alguna de las causas que derivan en la disolución (cese de actividad, por pérdidas, o por cualquier otro motivo recogido en los estatutos). Si no hubiese acuerdo de la Junta, o esta no celebrase la reunión necesaria, cualquier interesado puede solicitar al Juez de lo Mercantil la disolución si lo considera oportuno y en base a unos argumentos legales que pueden ser estudiados por los abogados.

A partir del momento en que se declare la liquidación de la sociedad los administradores de la misma serán sustituidos por los liquidadores, quienes en un plazo de tres meses hacen inventario de los activos de la empresa y velan por la integridad del patrimonio para asegurar que los derechos de cobros de terceros queden resarcidos. Se trata de un trámite importante porque del patrimonio de la sociedad va a depender que los acreedores puedan ingresar, o no, el dinero correspondiente.

Cancelación de asientos en el Registro Mercantil

Concluida la liquidación se redactará el Balance Final de Liquidación que deben firmar los socios, tras lo cual los liquidadores pasarán a solicitar la cancelación de los asientos en el Registro Mercantil, a la que irá adjunta la escritura pública de disolución. La labor de estos liquidadores es muy importante ya que sobre ellos recae la responsabilidad de cualquier prejuicio cometido contra los administradores o los acreedores.

En el caso de que el patrimonio de la empresa sea mayor que sus deudas pendientes, los socios recibirán la parte proporcional a su participación en la sociedad. No obstante si una vez extinguida la empresa aparece una deuda esos mismos socios deberán responder ante ella hasta el límite de lo recibido como cuota de liquidación.

Hasta que no concluyan todas las operaciones liquidatorias se podrá solicitar la reapertura de la liquidación para hacer las reclamaciones correspondientes. Además los justificantes mercantiles deben conservarse en el registro por un plazo de seis años.

Disolución y Liquidación de una Sociedad Limitada (S.L.)

Para disolver una S.L., existen causas de disolución de modo automático sin necesidad de un acuerdo en la junta general, como es el caso del cumplimiento fijado en los estatutos salvo prórroga o la reducción del capital social por debajo de los 3.005,06 euros, o causas que exigen el acuerdo de la Junta General, con motivos como la incapacidad de alcanzar el fin social para el que fue creada, el cese de la actividad de los órganos sociales que imposibilita el funcionamiento de la empresa, el cese de la actividad objeto social de la empresa durante tres años consecutivos, la acumulación de pérdidas, o el deseo expreso de los socios.

La liquidación de la sociedad limitada también incluye el pago del Impuesto de Transmisiones Patrimoniales y Actos Jurídicos Documentados por Operaciones Societarias por parte de los socios, o del IVA para los casos en los que la cuota recibida no sea una adjudicación dineraria. Además, hay que tener en cuenta que con la liquidación la sociedad pierde su personalidad jurídica.

Disolución y Liquidación de una Sociedad Anónima (S.A.)

Para proceder a la disolución de una sociedad anónima deberá producirse un acuerdo de la asamblea general extraordinaria de la empresa, en la que los socios harán constar el acuerdo de solución, y en la que también deberá nombrarse a uno o varios liquidadores. Estos liquidadores serán los representantes legales de la empresa, cesando en sus funciones el administrador que había hasta ese momento. Tanto el nombramiento de los liquidadores como el acuerdo de disolución deberán ser inscritos en el Registro Mercantil, para que puedan ejercer su derecho de oposición terceras personas ajenas a la empresa.

Las liquidaciones se realizarán de acuerdo con lo estipulado en el contrato social o al acuerdo de los socios. Tras recibir los bienes, libros y documentos de la sociedad, los liquidadores deberán finalizar todas aquellas operaciones pendientes, cobrar lo adeudado a la sociedad y pagar lo que la empresa deba, vender los bienes de la sociedad, y finalmente liquidar a cada socio su haber social en función de su participación en el accionariado.

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