Los costes del divorcio, ¿son equitativos?

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Afrontar un divorcio nunca es tarea fácil. Cuando una pareja toma esta complicada decisión, detrás se esconden frustraciones, falta de comunicación, aburrimiento, rutinas, infidelidades, diferentes formas de ver la vida o incluso objetivos y metas que antes eran compartidas y que ahora son una barrera entre ambos… Además del coste personal y sentimental que implica siempre una ruptura, el divorcio esconde una serie de costes económicos que muchas parejas no conocen.

Estos pueden ponerles en un apuro al disolverse el matrimonio y tener que hacer frente a las costas del proceso, o los costes derivados de los acuerdos. Unos costes que se disparan especialmente cuando hay niños de por medio. En este caso, el divorcio le sale especialmente caro al hombre, ya que en buena parte de los casos, el hombre debe abandonar la vivienda que compartía hasta ese momento con su pareja, y debe buscar nueva casa, además de tener que contribuir a la manutención y a los gastos extras de sus hijos.

Evidentemente, cada pareja es un mundo, dependiendo de su situación económica, del número de hijos, del tipo de acuerdo al que se llegue… Por eso, antes de iniciar el trámite de un divorcio, hay que sacar la calculadora y sacar cuentas sobre lo que te puede costar este proceso.

Para ayudarte y orientarte en la medida de lo posible, hoy vamos a tratar de presentaros una síntesis con los gastos que hay que afrontar en un proceso de divorcio, y las consecuencias económicas que tienen las personas divorciadas una vez que han finalizado este proceso. Analizamos los principales costes y perjudicados, ¡comenzamos!

Los costes del divorcio

Estos serán los primeros gastos que tendrán que afrontar la pareja que inicia un proceso de divorcio. El coste de los trámites dependerá mucho de los abogados que se elijan, y de si el divorcio se realiza de mutuo acuerdo y sin problemas, o si se opta por la vía de lo contencioso.

En caso de que el divorcio se realice de forma amistosa, el coste de los abogados y el procurador puede oscilar entre los 700 y los 1.500 euros, dependiendo de las tarifas del abogado elegido y de la zona de España en la que va a desarrollar el proceso, ya que cada colegio profesional tiene su baremo de honorarios y aunque en este momento no son de obligado cumplimiento, sí que son orientativos.

En este caso, las dos partes pueden compartir abogado, y se repartirían los costes al 50% para pagar la negociación y redacción del convenio regulador, la liquidación del régimen económico matrimonial, y la tramitación del procedimiento judicial hasta la sentencia, además del IVA, los aranceles del procurador y las tasas del Registro de la Propiedad, si las hubiera.

Además de ser el más recomendable a nivel emocional, el divorcio realizado por mutuo acuerdo tiene la ventaja de ser mucho más económico, por tener costes más reducidos, y porque, tanto el divorcio como la liquidación de los bienes comunes, se pueden realizar en el mismo procedimiento. De hecho, en estos momentos de crisis, en los que la gente va tan agobiada económicamente, los abogados suelen animar a iniciar procesos de mediación que culminen en un divorcio amistoso. En muchas Comunidades Autónomas hay servicios de mediación autonómicos que intentan reconducir la situación de la pareja para lograr la reconciliación, y poder redactar acuerdos amistosos de divorcio, siempre y cuando la reconciliación no sea posible.

Estadísticas sobre divorcios en España

En cambio, si el divorcio no es amistoso y pasa a ser contencioso, los costes se encarecen enormemente. De entrada, cada parte deberá contratar a su propio abogado para defender sus intereses, y además, en este caso, no se puede proceder al divorcio y liquidar y adjudicar los bienes comunes en un mismo procedimiento, debiendo hacerse una cosa detrás de otra.

El coste de un proceso contencioso es muy amplio, y puede variar desde los 1.200 euros hasta los 3.500, dependiendo de la complejidad del proceso, y como en el caso del divorcio amistoso, del abogado elegido y de la zona de España en que se realiza.

En este caso, los honorarios por el abogado incluyen la tramitación del proceso hasta que recaiga en primera instancia, la redacción del contrato en el que se establezcan las prestaciones demandadas y la liquidación de gananciales, a lo que habrá que añadir también el IVA correspondiente, los aranceles del procurador y las tasas del Registro de la Propiedad si fueran necesarias.

Además, tienes que tener en cuenta que también deberás abonar al 50% las costas del juicio. Sobra decir también que si una de las partes decide recurrir la sentencia, esto conllevará más gastos a sumar al total. A propósito, si necesitas o estás buscando un abogado para tu divorcio o cualquier otro caso, desde Easyoffer te encontramos de manera gratuita y sin compromiso hasta 3 abogados cerca de tu zona residencial o laboral para que te puedas poner en contacto con ellos, recibas sus presupuestos y puedas llevar a cabo tu caso legal.

Tras los costes del divorcio, comienzan los gastos de verdad: La pensión alimenticia

Si la pareja tiene la “suerte” de no haber tenido hijos, y han sido capaces de llegar a un acuerdo para liquidar los bienes comunes, su aventura matrimonial habrá acabado tras la firma del divorcio. Si tienen hijos, la cosa es otro cantar.

Olvidándonos de los problemas que pueden surgir en determinadas parejas que usan a sus hijos como arma arrojadiza para hacer daño a sus ex-parejas, lo que sí que es una realidad para todos, es el pago de la pensión alimenticia. Un pago que suelen tener que afrontarlo en la mayor parte de los casos los padres, ya que pese a que la custodia compartida es cada día más normal, todavía hay una mayoría de casos en los que la mujer se queda con la custodia de los hijos tras el proceso de divorcio.

Si a eso le sumamos que los hombres todavía tienen sueldos mayores que las mujeres en muchos sectores, entenderemos que sean los padres los que tengan que pagar en un importante porcentaje de los casos estas pensiones para garantizar la manutención de los hijos. Unos gastos que incluyen la comida, pero también la ropa, los gastos de colegio, médicos… Estos gastos dependerán del nivel de ingresos del padre, del número de hijos, y por supuesto, del nivel de vida que tuviera la pareja antes de la ruptura.

No es lo mismo llevar a los niños a un colegio público que a un centro privado, o tener cobertura sanitaria privada o pública. El problema es que en muchos casos, el nivel de vida que la pareja tenía antes de la ruptura no se puede mantener tras el divorcio, y los que pagan la nueva situación son los niños. En estos casos hay que analizar si con los sueldos que se tenían antes se pueden mantener abiertas dos casas, con todo lo que implica, y mantener el nivel de vida establecido antes de iniciar el proceso de divorcio.

Por otro lado, hay que tener en cuenta que además de la pensión mensual pactada por los padres, el padre deberá afrontar también la mitad de los gastos extraordinarios de sus hijos, como pueden ser por ejemplo una excursión de fin de curso del colegio, un intercambio en otro país, o la adquisición de unas gafas graduadas.

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1. ¿De qué hablamos cuando nos referimos a la pensión de alimentos?

La pensión de alimentos debe cubrir lo necesario para el sustento de los hijos, entre los que se incluye, lugar en el que alojarse, comida, ropa y asistencia médica. Estos son los llamados gastos ordinarios, puesto que los extraordinarios son cubiertos por la pareja a partes iguales.

2. ¿Qué pasa si no se pagan religiosamente las mensualidades?

Uno de los principales motivos que llevan a alguna de las partes a no cumplir con el pago mensual de la pensión alimenticia son los problemas económicos. Pero estos no son una excusa suficientemente sólida para ignorar el incumplimiento de la ley, dando origen a una responsabilidad penal.

En estos casos es el juez quien responde. Sólo podrán reclamarse las cantidades adeudadas que correspondan a los cinco últimos años, y nunca las anteriores. De tal forma que, en caso de no poder a responder a los pagos previamente acordados, se deberá contactar a un abogado para modificar la cuantía establecida.

La custodia compartida

Una opción cada día más en boga, tanto por el tema de la igualdad como por el tema económico, es la custodia compartida. Comunidades como Aragón fueron pioneras hace años en instaurar este modelo que buscaba responsabilizar a los dos miembros de la pareja en la educación de los hijos tras la ruptura de la unidad familiar. De esta manera, repartiendo la custodia de los niños por semanas o meses, y dependiendo del acuerdo establecido por las dos partes, cada uno de ellos se hace cargo de los gastos de los hijos durante el periodo de tiempo que pasen con ellos.

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Aun así, tal y como recomiendan los expertos en la materia, para que este modelo pueda darse, tiene que existir una excelente relación entre los dos progenitores, que ambos tengan horarios laborales en los que puedan conciliar el trabajo con la vida familiar, y sobre todo, que ambos vivan en casas que no estén demasiado alejadas. La parte negativa de este modelo es que hay padres que simplemente quieren este régimen para tratar de ahorrarse la pensión de manutención.

El pago de la hipoteca.

Si la pareja está en una buena situación económica, y durante el proceso de divorcio se han podido liquidar los bienes comunes, no hay problema en este sentido. Pero si la pareja no ha podido liquidar el piso común, bien porque pierden dinero en la venta, bien porque no hay acuerdo entre ambos, la hipoteca deberá ser pagada entre los dos, incluso si en la antigua vivienda familiar todavía resida uno de los miembros de la pareja en compañía de sus hijos. Lo más razonable es:

  • Que se venda el piso y se repartan las ganancias.
  • Que quien se marche de la vivienda pague menor porcentaje de la hipoteca, recibiendo menor cuantía en el momento de su venta.

El pago de la nueva casa

Cuando el padre abandona la vivienda familiar, evidentemente tiene que irse a vivir a algún sitio. Un sitio que además tiene que tener unas determinadas condiciones, ya que no es solamente una casa o un apartamento para que viva él en solitario. Tendrá que ser una casa con al menos dos habitaciones, ya que los hijos irán a pasar con él los fines de semana y las vacaciones o periodos que se hayan establecido en los convenios. Los costes de un alquiler, como bien sabemos, dependen de la ciudad o del distrito en el que se resida, pero pueden oscilar entre los 400 y los 700 euros al mes de media, siempre sin irnos a los extremos.

Diferencias divorcios hombres y mujeres

Además, hay que tener en cuenta que aunque el marido se lleve algunas cosas de su antigua casa, tendrá que acondicionar el piso que se ha alquilado. Muebles para el salón, para el dormitorio, para el dormitorio de los niños, electrodomésticos, vajillas, sábanas… Con la llegada a la nueva casa de soltero, hay todo un mundo por preparar.

Pero los gastos no acaban con el alquiler y el acondicionamiento del piso. Como todas las casas, la nueva vivienda del padre divorciado tiene gastos de luz, gas, agua, teléfono, calefacción, internet… Facturas que el padre deberá afrontar y sumar a la lista de gastos que tiene que asumir tras su ruptura matrimonial.

La vida sigue

Además de los gastos mencionados hasta ahora, el padre que ha tenido que abandonar el hogar familiar tendrá que alimentarse, vestir, pagar la gasolina del coche, y destinar algo de dinero al ocio y al esparcimiento, siempre que le quede dinero tras pagar manutención de los hijos, alquiler, hipoteca, gastos, etc…También tendrá que reservar una cantidad, por mínima que sea, para gastar cuando sus hijos pasen con él los fines de semana o las vacaciones establecidas.

Lo más importante, proteger a los niños

En los divorcios, las mayores víctimas suelen ser los hijos, ya que aunque el divorcio sea amistoso, son los que sufren el no poder disfrutar del cariño de sus padres de forma conjunta en su día a día, y tienen que sufrir además los traslados de la casa del progenitor con el que viven diariamente a la casa del otro progenitor para pasar los fines de semana o las fechas firmadas mediante convenio.

Por eso, a la hora de afrontar la pérdida de poder adquisitivo por parte de los dos padres, debe ser prioritario tratar de garantizar el bienestar de los menores, tratando de reducir en todo lo posible el impacto que pueda causarles esta nueva situación mediante la colaboración de los dos progenitores.

Etiquetas relacionadas: Abogado, Custodia, Derecho, Divorcio, Matrimonio