¡Cuidado, negligencia! Pasear a tu perro sin correa y otras cosas del día a día que pueden salirte caras

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En la entrada de hoy abordamos un tema al que no se presta demasiada atención pero que puede salir bastante caro si la policía o algún afectado opta por poner una denuncia. Hablamos de las negligencias… esas conductas que con mayor o menor imprudencia cometemos todas las personas en el día a día consecuencia de la natural actividad de un ser humano, y que nos crearán problemas con la justicia si como consecuencia alguien sale herido. Y es que habitualmente no nos paramos a pensar en las responsabilidades que pueden tener nuestros actos pero, aunque estos parezcan totalmente irrelevantes, deberíamos tomarnos unos minutos de reflexión.

La negligencia es una infracción. ¿Sorprendido? Así lo recoge el Código Civil, por el cual se exige al responsable la obligación de indemnizar a aquellos que se hayan visto afectados por un comportamiento culpable o negligente de otra persona. Y el abanico de posibilidades es prácticamente infinito.

En este post no vamos a entrar en las negligencias profesionales, que son las que cometen los individuos en sus quehaceres laborales cotidianos. Y ojo, porque estas malas praxis pueden costar mucho –más que perder el empleo– en especial en campos sensibles para la opinión pública como es el de la medicina (debido a que una negligencia de estos especialistas puede costar la vida a su paciente) o la seguridad, campos sobre los que suele incidir más la opinión pública generando una repercusión mediática elevada. Pero no, por hoy dejaremos este tipo de conductas a un lado (volveremos otro día sobre ellas) para centrarnos en aspectos más mundanos pero que van en contra de la Ley.

¿Pasear a mi perro sin correa? Debe ser una exageración

Pues no, no lo es. Es el ejemplo que hemos usado para ilustrar esta entrada, pero es que la normativa indica que los propietarios de los animales deben proveerse de una buena correa para salir a caminar con sus mascotas. Y sí, es cierto que por lo general no vas a tener ningún problema porque lo lleves suelto, sobre todo si tu animal es de una raza de las consideradas “amigables” y está bien adiestrado. Pero, ¿qué pasa si tu perro suelto muerde a una persona?

El Código Civil, en su Artículo 1.905, indica que los dueños de los animales serán los responsables de los daños que estos infrinjan. Y muy benévolo tendrá que ser el juez para exculparte de ello, ya que el hecho de que se te haya escapado no te va a librar. Tan solo existe una excepción a esta norma y es cuando la víctima del ataque haya sido culpable del mismo, y para demostrar esto ante una demanda legal el proceso va a ser complejo y va a necesitar de testigos.

Este hecho que parece insignificante, como es llevar a tu pequeño amigo peludo sin atar, supone una negligencia castigada por la justicia. No es la única en lo referente al cuidado animal, ya que por ejemplo dejar a tu perro encerrado en el coche puede ser considerado también como maltrato negligente, o el hecho de no alimentarlo correctamente. En los casos más extremos el abusar de animales doméstico puede suponer penas de prisión, así como el alterar las leyes en materia de protección medioambiental, perjudicar el equilibro ecológico (introduciendo nuevas especies en un hábitat), o el contravenir normativas relacionadas con la caza y la pesca.

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Como hemos indicado anteriormente las posibilidades de cometer en algún momento de tu vida una negligencia son elevadas debido a las muchas opciones que se presentan en el día a día. En el Código Civil vienen varias actuaciones más consideradas culpables o negligentes, con las correspondientes obligaciones que acarrean.

Por ejemplo: tú llevas a tu hijo a jugar al parque, como cada tarde, pero este de forma involuntaria pega con su rastrillo a otro niño con la mala suerte de que le produce una lesión en el ojo. Los progenitores del niño lesionado no van a poder emprender acciones legales contra el menor pero sí contra sus padres, ya que estos son responsables totales de los daños causados por los hijos que se encuentren bajo su guarda.

Más casos. Eres el dueño de una cafetería y uno de tus camareros, descuidado él, al montar la terraza impacta una mesa contra un coche produciendo arañazos o, quien sabe, rompiendo incluso el retrovisor. Pues como administrador de la empresa también que tendrás que asumir las culpas si el propietario del vehículo decide denunciar, aunque en estos casos es posible que la Ley te permita después cargar sobre tu empleado esa indemnización.

Similar es la situación que vivirá una directora de un centro docente si alguno de sus alumnos menores de edad causa daños durante el tiempo que deba estar vigilado, como puede ser el recreo o durante la realización de actividades extraescolares.

En todos estos casos la responsabilidad cesará si se demuestra que se pusieron todas las precauciones necesarias y se actuó con diligencia para prevenir los daños, aunque finalmente no se consiguiera. Es decir, si hubo o no negligencia. Para demostrar esto lo mejor es contar con el servicio de un abogado especialista en derecho civil ya que habrá que convencer al juez con recursos eficaces.

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La caída de una maceta y otras negligencias en el hogar

Sí, si de tu balcón se desprende una maceta y cae sobre una persona o un objeto, el cabeza de familia que habite esa casa podrá ser acusado de negligencia y tendrá que pagar por los daños causados. Esto no es fácil de dilucidar, porque primero hay que identificar la vivienda en cuestión de la que ha caído el tiesto, y luego demostrar la negligencia. Pero con la Ley en la mano se desprende la obligación de indemnizar.

Del mismo modo los propietarios de máquinas que explotan por su mal mantenimiento, de sustancias peligrosas cuyo encargado no se haya ocupado de almacenar debidamente, por humos excesivos o por infecciones que salgan de una cloaca o sumidero como consecuencia de no tomar las precauciones adecuadas podrán ser también castigados. En este sentido nos encontramos con que no solo el ciudadano de a pie puede ser denunciado, también los organismos públicos van a tener su culpa en el caso de árboles que se caen por no estar debidamente colocados, o de lesiones que se produzcan los viandantes por un mal asfaltados del pavimento.

Deberán responder también por los daños causados el propietario de un edificio derrumbado al no ser reparado, o también el dueño de animales cinegéticos cuando este no haya tomado las medidas oportunas para que la caza no invada otras fincas y cause destrozos.

Cuidado en la carretera. Negligencias de víctimas y conductores

Especial mención merecen todas las negligencias que se cometen a los mandos de un volante y cuyas consecuencias pueden ser nefastas. Los accidentes de tráfico que resulten de la negligencia de su conductor acarrean importantes sanciones, dependiendo de la gravedad de los hechos.

Hechos como despistarse modificando la radio o hablando con el copiloto (ten en cuenta que estar al móvil al volante es una conducta delictiva), o aspectos a los que solo se da importancia en el momento de viajes largos o de pasar la ITV como es el estado de los faros, los frenos, o de los neumáticos, son constitutivos de negligencias que pueden ser usadas en tu contra. Si llevas carga en tu vehículo presta atención porque si no la sujetas correctamente y se desprende, también será tu culpa.

Pero la negligencia se puede extender también a las víctimas de atropellos o golpes. Los peatones o usuarios de bicicletas, con su mala conducta, podrían tener parte de culpa ante accidentes de tráfico. Del mismo modo que los conductores, se requiere atención en el momento de caminar y más por ejemplo, cuando se va a cruzar una carretera. Es muy frecuente ver a peatones caminando con la cabeza encerrada en el móvil ajeno a lo que les rodea, o a ciclistas que conducen más rápido de la cuenta en zonas reservadas para caminar, produciéndose choques en los que puede haber heridos.

La imprudencia y la impericia en estos casos son consideradas negligencias agravando la culpa o produciendo que la víctima pierda el derecho a recibir una indemnización.

El peligro nos espera en cualquier lado. Por eso es importante actuar de manera responsable y evitar en la medida de lo posible las imprudencias ya que estas nos pueden causar daños personales y daños a terceros por los que la Ley nos obligará a pagar. Y, si has cometido una negligencia y has sido denunciado por ella, lo que tienes que hacer consultar con el equipo de Easyoffer para poder localizar a un abogado especialista en derecho civil que te defienda y proteja tus intereses.

Te saldrá gratis, y no asumirás por ello ningún compromiso. Cuéntanos tu caso y recibirás hasta tres presupuestos de profesionales contrastados cerca de ti para que puedas elegir al que más confianza te genere.

Etiquetas relacionadas: Abogacía, Abogado, Infracción, Multa, Negligencia