En 2015 el Estado, a través de la Ley de Segunda Oportunidad, reducción de la carga financiera y otras medidas de orden social implantó un mecanismo jurídico para que las personas físicas, entre las que se incluyen los autónomos, tuviesen opciones parecidas a las empresas para levantarse tras un fracaso económico y salvar sus deudas.
Ley de Segunda Oportunidad: ¿salvación o ‘regalo’ envenenado?
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Concurso de acreedores: ¿principio o final del camino?
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Hay palabras que con solo oírlas un empresario puede echarse a temblar: accidente laboral, inspección de Hacienda, pago de la trimestral… El peligro acecha en cada esquina y el miedo es lógico a pesar de que esté todo en orden, al igual que cuando en la carretera te encuentras un control de la Guardia Civil […]