Peligro, ¡que viene el Inspector!

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Cada época ha tenido su referente de terror. Hubo una generación que tuvo en Tiburón ese ser que lo atormentaba en la noche, en cada baño. Freddy Krueger sentó un precedente en las películas de miedo cuando se aparecía en las pesadillas en Elm Street, y más tarde Scream, a mediados de los 90, hizo de esa lánguida máscara blanca un símbolo de terror a la altura del Exorcista. Pero si hablamos de colectivos profesionales, si tenemos en cuenta a los empresarios, sin duda otra figura mucho más real podría aparecerse en sus noches más perturbadoras: el Inspector de Hacienda. Provoca más canguelo que las gemelas al niño del Resplandor, y aunque no deja tras de sí un reguero de sangre sí puede venir con una sanción bajo el brazo que comprometa las cuentas de la sociedad mercantil.

La presencia de un Inspector en un negocio se puede asemejar a la que tiene ese conductor que ha tomado tres cervezas, sabe que no va a dar positivo, pero se encuentra de frente con un Guardia Civil agitando su espada láser. Los nervios crecen desde el estómago, la cabeza empieza a dar vueltas, y la pregunta del ‘¿y sí…?’ inunda cada uno de los sentidos. Luego efectivamente en el control de alcoholemia el conductor de nuestra historia no da positivo, al igual que le sucederá al emprendedor responsable que lea los consejos que desde Easyoffer le queremos dar.

¡Qué viene el lobo!

Antes de nada, no perdamos la calma. La mejor arma que tiene una empresa ante una Inspección de Hacienda es no tener nada que ocultar, tener unas cuentas claras, y cumplir con los impuestos que se exigen. Parece fácil, pero no siempre lo es, debido a la mucha burocracia que existe y también a la amplia variedad de impuestos a los que tiene que hacer frente la empresa.

En el caso de una Inspección no habrá un pastorcillo mentiroso que te avise dos veces antes de que suceda la real, por lo que conviene estar prevenido. El primer punto es conocer el procedimiento. Debes saber que un funcionario de la Agencia Tributaria no puede personarse en la puerta de tu negocio, exigir revisar tus libros contables, y ponerte una multa. Así, tres por uno. No. Es cierto que Hacienda tiene la potestad para revisar tus cuentas cuando lo desee pero antes debe avisar a los administradores sociales de que van a ser sometidos a una investigación.

El procedimiento es el siguiente. Recibirás por correo postal una carta de la Unidad de Inspección Tributaria (el remitente es importante, porque Hacienda puede llevar a cabo otras investigaciones que no sean necesariamente una Inspección fiscal) en la que se detallará que tu empresa va a ser estudiada, solicitándote qué impuestos en concreto están bajo su lupa, correspondientes a qué ejercicios, e indicándote un día concreto para presentar la documentación.

En esa fecha el responsable de la sociedad acudirá a la sede provincial de la Agencia Tributaria para entregar los textos solicitados, será entonces cuando el inspector se ponga manos a la obra y revise todo lo que el empresario le ha facilitado. Llegados a este punto es imprescindible contar con una asesoría especializada en derecho fiscal que pueda ayudarte con los trámites, elaborar junto a ti los documentos, y guiarte en el camino de la Inspección. En Easyoffer disponemos de los mejores asesores, y fácilmente los ponemos a tu servicio.

Si el funcionario lo desea, tiene la opción de hacer una visita a tu negocio para realizar las comprobaciones que estime oportuno. Pero no temas, porque el empresario aquí tiene unos derechos que deben ser respetados.

Un Inspector en mi oficina. ¿Cómo Pedro por su casa?

Es cierto que el Inspector de Hacienda es una persona con poder. Con mucho poder, el que le confieren las Administraciones. Pero no olvides que tu empresa es tuya, y con el debido respeto que tendrás obviamente que mostrar por el funcionario, la Ley contempla una serie de garantías a tu favor.

En primer lugar si un funcionario quiere entrar en tu negocio, registrado en el domicilio social que hayas inscrito en un principio, necesitará tu permiso si se trata de un espacio privado. Es decir, que salvo que el Inspector traiga consigo una orden judicial tú estás en tu derecho de prohibirle el paso a tu lugar de trabajo. Aunque esto no será posible hacerlo si tu sede está abierta al público (cualquier local de restauración, tiendas de todo tipo, peluquerías, etc.), ya que el funcionario podrá acceder a tus instalaciones incluso sin que tu sepas cuál es su cargo.

Además si has dado tu permiso o está amparado por la justicia, el Inspector podrá solicitarte los libros contables para su análisis, tomar fotografías, hablar con empleados, o incluso revisar tus ordenadores y acceder a tus discos duros hasta el punto de precintarlos para su posterior estudio. Por supuesto, si el Inspector cuenta con una orden judicial, el oponerse a que realice su labor no te traerá más que problemas añadidos, por lo que no deberías obstaculizar por ninguna vía su trabajo. Es más, intenta ser amable, porque hay puertas que solo se abren con trato educado.

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La resolución, doce meses para que tiemblen las piernas

Después de que tu “invitado” haya tomado todas las pruebas pertinentes, volverá a su despacho para valorar todo y emitir su veredicto a través de un acta. No desesperes, esto puede tarde incluso un año, así que no dejes que la inquietud ni la ansiedad se apoderen de ti.

Además tienes que tener en cuenta que la decisión del Inspector no es definitiva ya que si no estás de acuerdo con ella tienes la posibilidad de presentar alegaciones. Si la conclusión del funcionario es negativa dependerá de sus consideraciones para fijar la multa correspondiente, que seguramente sea un pago económico además de la obligación de regularizar la situación. Solo en los casos más graves, donde haya en juego mucha cantidad de dinero defraudado y una intencionalidad clara de engaño, se podrá acusar a los administradores sociales de delitos que conlleven penas de prisión.

¿Por qué a mí?

Un pensamiento inevitable es el de apelar a la Ley de Murphy, la que dice que “si algo puede salir mal, seguramente salga mal”, para lamentar una Inspección. Con la cantidad de empresas que hay en España, ¿por qué eligen la mía?

Debes saber que en la mayoría de casos no se trata de una decisión al azar. Las inspecciones que plantea la Agencia Tributaria responden o bien a una denuncia que haya alguien hecho sobre tu empresa, o bien a una sospecha fundada. Cuando Hacienda cruza todos los datos que tiene sobre un administrador social y las piezas no le encajan puede solicitar la documentación necesaria para aclarar sus dudas. Por ejemplo, si el nivel de vida de los administradores no se corresponde con los datos que se desprenden de su empresa, ni los que se recogen en la declaración de IRPF.

Además en España estamos más que acostumbrados a ver casos así, ya que la corrupción y el fraude fiscal se han convertido con el estallido de la crisis y la publicación de numerosos escándalos en algo cotidiano con lo que convivimos. No será la primera empresa que declara facturar millones pero luego sus márgenes de beneficio son realmente pequeños, o incluso negativos. Milagros contables llaman la atención a la Administración, así como sociedades mercantiles que declaren pérdidas año tras año pero cuyos propietarios disfruten de un nivel de vida de lujo.

Pero es cierto que no siempre una investigación se debe a una sospecha, sino que puede ser por azar. Puede que por un chivatazo, o por una campaña concreta, la Agencia Tributaria se centre en un sector determinado y estudie las cuentas de las empresas relacionadas, entre las que esté la tuya, sin que eso suponga, ni mucho menos, señalarte como culpable. Porque eso sí debes tenerlo claro, ser objeto de una inspección no te convierte en un delincuente. Evita ese síndrome.

Entre los delitos sobre los que más se incide últimamente están los relacionados con la Caja B y la doble contabilidad. Hay programas informáticos que ayudan a llevar las cuentas de una forma opaca, y por eso no será raro que los inspectores te soliciten acceder a tus ordenadores.

La inspección de trabajo, otro problema, otra historia

Hoy nos hemos centrado en la Inspección de Hacienda en busca de delitos fiscales. Pero no menos terrorífica puede ser la inspección de trabajo que llevan a cabo los funcionarios de la Seguridad Social, en la búsqueda de irregularidad en los contratos, los horarios de los empleados, la seguridad en el lugar donde se lleve a cabo la actividad, y cualquier otro aspecto relacionado con el derecho laboral. Abordaremos en otra ocasión este tipo de inspecciones.

En Easyoffer queremos ponerte todas las facilidades para que encuentres un asesoramiento de calidad en cuestiones fiscales y laborales. Por eso tenemos a tu disposición el formulario online en nuestra web, a través del cual nos puedes contar tu circunstancia. Nosotros nos pondremos en contacto contigo para conocer los detalles de tu caso y poder ponerlo en conocimiento de los mejores asesores y abogados especializados en la materia, cerca de tu área geográfica, para que gratuitamente y sin ningún compromiso recibas hasta tres presupuestos personalizados con los que puedas elegir tu mejor opción a un precio ideal.

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