Crear una empresa por Europa ¿Qué país elegir?
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El proceso para constituir una empresa en España es una tarea difícil, más que por su complejidad, por los tediosos trámites que hay que seguir. Con los últimos cambios que se han ido realizando en nuestro país, para facilitar la creación de empresas, la situación en España ha mejorado sensiblemente.
Aun así, la situación dista mucho de las facilidades que se dan en otros países europeos a la hora de poner en marcha una empresa o de darte de alta como autónomo, tanto a nivel de tiempo como de costes.
España contra el Mundo
En este sentido, España ocupa el puesto 48 a nivel mundial en el grupo de países en los que es más difícil hacer negocios, según señala el grupo TMF en uno de sus informes. Y es que no es de extrañar dadas algunas de las principales características que lo atestiguan.
En dicho informe, España aparece por detrás de países como Bélgica, Chipre, Francia, Suiza o Finlandia, aunque hay que destacar, que nuestro país ha mejorado ligeramente desde el listado elaborado el año pasado. Muchas de las mejoras relacionadas con la agilización de los papeleos y registros, hasta hace unos años, más propios de países del tercer mundo.
España mejora posiciones en el informe del Banco Mundial
Esa mejora también fue reflejada por el influyente Doing Business, el informe del Banco Mundial que trata de reflejar las facilidades de cada país para desarrollar las actividades empresariales.
Normalmente, este estudio deja en bastante mal lugar a la economía española, pero en su último informe, el Banco Mundial reconocía que España es uno de los países desarrollados que más ha mejorado. En el 2014, nuestro país se encontraba en el puesto 142 de un total de 189 naciones estudiadas cuando se analizaba el tiempo y el coste económico necesarios para poner en marcha una empresa. De hecho, España estaba tan atrás en este ranking, que se situaba a la altura de países que viven en situaciones extremadamente graves, como es el caso de Afganistán, Gaza o Sudán del Sur.
Por suerte, tras estar en posiciones nada ventajosas que desanimaban a invertir en nuestro país, el año pasado, el Banco Mundial anunciaba que España era el país desarrollado que más había mejorado a la hora de crear una empresa, avanzando hasta el puesto 33 en el índice general. Entre las mejoras que se han producido en España, destaca el hecho de que los trámites necesarios para abrir una empresa habían disminuido de diez a seis días, mientras que el tiempo medio para completar los trámites han pasado de veintitrés a trece días.
En el índice parcial, que mide los costes de los trámites y el capital necesario para crear una empresa teniendo en cuenta la renta por habitante, el Banco Mundial recoge un importante avance del puesto 142 al 74.
Estos datos señalan que pese a que todavía queda mucho por avanzar para agilizar la creación de empresas en España y ponernos al nivel de la mayor parte de los estados de la zona Euro. Nuestro país ha dado un paso de gigante en esta materia, superando a países como Austria, Luxemburgo o la burocrática Alemania.
En este sentido, entre los países de la Unión Europea que más facilidades proporcionan a sus ciudadanos para constituir nuevas empresas, destacan Dinamarca, que está en el grupo de cabeza en el ranking del Banco Mundial, seguida muy de cerca por Reino Unido, y Finlandia. Irlanda aparece en el puesto número 4 de la Unión Europea. España figura como doceavo país con mayores facilidades para constituir una sociedad, o dependiendo de nuestro pesimismo, con menos dificultades para emprender.
Precisamente, parte de estas mejoras que han permitido a España mejorar su posicionamiento en este ranking, vienen provocadas por la puesta en marcha de una ventanilla única en la que se pueden tramitar los permisos necesarios de todas las Administraciones de forma online. Una ventanilla que está entre las principales recomendaciones de la Unión Europea a los países miembros para facilitar la creación de nuevas empresas.
Lo que recomienda Europa
En principio, las facilidades para crear empresas deberían ser iguales o similares en toda la Unión Europea. De hecho, según la Comisión Europea, todos los ciudadanos de la Unión tienen derecho a crear su propia empresa en cualquier país miembro, o a crear una sucursal o filial de una empresa ya existente en otros países miembros de la Unión, recomendando a cada Estado que cumplan una serie de objetivos en materia de trámites y de costes. Entre ellos, la Unión pide:
- Que el tiempo para crear una empresa no supere como máximo los tres días.
- Que el coste no supere los 100 €.
- Que todos los trámites se puedan hacer a través de un único organismo.
- Que sea posible completar online todas las formalidades de registro.
- Que pueda hacerse el registro online de una empresa desde otro país de la UE (a través de las ventanillas únicas).
Pero una cosa es lo que recomienda la Unión, y otra, lo que sucede en realidad en cada país, desde las facilidades que ofrece el Reino Unido para crear nuevas compañías, a los problemas para abrir nuevas empresas que existen en países como Polonia.
Diferencias para crear una Sociedad Limitada
En España, para crear una Sociedad Limitada se necesita una cantidad que supera ligeramente los 3.000 euros. En el Reino Unido no cuesta nada, y en Francia, el coste es de un euro.
En el caso alemán, sin embargo, poner en marcha este tipo de compañías, de responsabilidad limitada tiene un coste de 25.000 euros, una cifra muy superior a la del resto de las grandes economías europeas. Pero, a diferencia de España, la Limitada no es la Sociedad “estrella” para los emprendedores. Cuentan además, con la llamada Partnership y la Sociedad Unipersonal, ambas, con inmensas facilidades para su puesta en funcionamiento.
En el caso de la Sociedad Anónima, en España hay que aportar la friolera de 60.000 euros, de los que hay que desembolsar el 25%. En el Reino Unido la puesta en marcha de una Sociedad Anónima es de 54.000 euros, desembolsando un 25%, mientras que en Francia son necesarios 37.000 euros, y en Alemania, 50.000 euros. El caso austriaco aún es más gravoso, ya que las autoridades de este país han fijado en 70.000 euros la cantidad que hay que aportar para constituir este tipo de sociedades.
Reino Unido
Al margen de los costes para constituir una empresa dependiendo del tipo de sociedad elegida, también hay que tener en cuenta la diferencia de los trámites y la burocracia a la que hay que hacer frente en cada país para realizar la apertura de una empresa.
Sin duda, uno de los países europeos que más favorecen la creación de empresas es el Reino Unido. La creación de empresas en este país puede realizarse en tan solo 24 horas realizando los trámites por internet, gracias a esa mentalidad empresarial transparente y emprendedora que busca impulsar la creación de nuevas empresas. Para ello, hay que presentar los formularios pertinentes, la Escritura Pública de Constitución (Memorando of Association) y los Estatutos de la Sociedad (Articles of Association), efectuando el pago de la tasa de incorporación de 20 libras para el registro standard o 50 libras, si optamos por el servicio urgente.
Francia
Francia apenas presenta dificultades a la hora de emprender, pudiendo escogerse entre varios estatutos jurídicos, dependiendo de si son individuales o con varios socios, y según si se opta por la responsabilidad limitada o no. Para crear una empresa en Francia, simplemente hay que preparar un único formulario, que se puede entregar en los Centros de trámites de las empresas o rellenar vía online. En este sentido, existe una ventanilla única para la creación de empresas que reagrupa una red de portales administrativos en línea, para ayudar a las empresas de nueva creación con los trámites administrativos.
Respecto a la tributación y a los pagos a la Seguridad Social, existe también un pago simplificado para facilitar el proceso. Además, en este país los empresarios pueden proteger su patrimonio si la empresa cierra (si el cierre no está causado por una negligencia), algo que incentiva exponencialmente la creación de nuevas sociedades.
Asesórate de la mejor manera
Italia
En Italia también existen diferentes tipos de empresa. De carácter unipersonal, sociedades tanto de personas, con las sociedades limitadas, como de capitales, con la sociedad anónima, además de entes no comerciales y cooperativas.
Las empresas individuales se constituyen mediante la “apertura di partita IVA”, tras haber obtenido el “Codice Fiscale” y la correspondiente inscripción en el registro de empresas de la Cámara de Comercio. Para las empresas individuales no hace falta acudir al notario. En cambio, para las sociedades, sí que hace falta acudir al notario para redactar el Acta constitutiva necesaria para registrarla en la oficina local de la Agencia Tributaria italiana en un plazo de 20 días. Por su parte, la inscripción en el registro de las empresas debe realizarse en un plazo de 20 días en el caso de las sociedades de capitales, y de 30 días para las sociedades de personas.
Por suerte, todos los trámites que hay que realizar para constituir una sociedad pueden hacerse de forma simultánea de forma online, a través de una ventanilla única llamada ComUnica.
Las diferencias en el coste de autónomos
Una de las principales diferencias para crear una empresa, sobre todo si se opta por ser autónomo, es el coste de darse de alta en esta modalidad entre unos y otros países. Dicen que las comparaciones son odiosas, y en España, ser autónomo, sale muy caro si comparamos lo que se paga en nuestro país y lo que pagan los autónomos de otros países de nuestro entorno.
En el caso español, la mayor parte de los trabajadores autónomos optan por pagar la cotización mínima y sin apenas protección, con un tipo aplicable que ronda el 30% de 884,40 euros.
Ahora, por suerte, existe la tarifa plana de 50 euros para los autónomos de nueva creación, siempre que no hayan sido autónomos en los últimos 5 años. Pero aun así, para el resto de autónomos, deberán seguir pagando unas elevadas cuotas para poder seguir trabajando por cuenta ajena, a lo que hay que sumar las declaraciones trimestrales del IVA y del IRPF. Por fortuna, y a pesar de estas dificultades, los autónomos son cada vez más demandados en España.
En el caso de nuestro vecino del norte, Francia, se podría considerar como el mejor país para ser autónomo, según señaló recientemente la revista Forbes en un artículo sobre la situación de los autónomos en Europa.
En el caso francés, el pago de las cuotas depende de la profesión que tenga cada autónomo, en combinación con las ganancias que se obtengan. Además, los autónomos galos no pagan cuota durante su primer año de actividad, y con esa alta, disfrutan de derechos a asistencia sanitaria, jubilación, incapacidad temporal o pensiones de viudedad e invalidez.
Tras Francia, el Reino Unido vuelve a ocupar un lugar destacado entre los mejores lugares para ser autónomo. De hecho, la revista Forbes lo califica con la segunda posición en su ranking de países para ser autónomos. En este país existe una cuota fija para los autónomos de entre 13 y 58 euros, dependiendo de los ingresos y de la cobertura, pero en caso de no superar las 5.595£ anuales, la cuota desaparece. Además, los autónomos británicos no tienen que realizar las declaraciones trimestrales del IVA (como en España), ya que se paga al final del ciclo fiscal anual. Y eso, si se supera el umbral de las 79.000 libras de ingresos anuales.
En el caso italiano los autónomos también están en bastante mejor posición que en España, ya que en el país transalpino pagan dependiendo de los ingresos que tengan, con una tasa máxima de pago del 20%. En Portugal, nuestro vecino del oeste, no hay una cuota fija y tampoco deben pagar el IVA, aunque como contraprestación, hay que pagar casi el 25% de los ingresos que se ingresan cada año.
Un poco más al norte, en Holanda, los autónomos pagan una cuota anual de 50 euros, a lo que hay que sumar unos 100 euros mensuales de seguros médicos. Una cantidad que todavía queda bastante lejos de las cuotas que se quedan en España y que dejan en evidencia el esfuerzo que tienen que hacer los autónomos españoles.
En Alemania, el país de la burocracia, los autónomos tampoco lo tienen especialmente fácil. En la principal economía del continente, estos están sujetos a una regulación muy estricta y deben pagar los seguros médicos y una cuota de 140 euros al mes siempre que los ingresos estén por encima de los 1.700 euros al mes, aunque se está exento de pagar esta cuota a la Seguridad Social si no se alcanza esta cifra. Otra diferencia con respecto a España es que los autónomos tienen que pagar declaración del IVA de forma mensual, y no de forma trimestral, tal y como sucede en nuestro país. Y si no alcanzas los 17.500 euros al año, estás exento de pagar este impuesto.
Otra diferencia, en este caso positiva para los autónomos alemanes, es que en Alemania las facturas se emiten con la fecha de cobro, por lo que no tendrán que adelantar el IVA o el IRPF sin haberlo cobrado, tal y como sucede en España.
Si estás pensando en poner en marcha una empresa, recuerda que estaremos encantados de poder asesorarte.