¿Qué puede hacer por mí una asesoría mercantil?

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La buena gestión de una empresa depende como es lógico de muchos factores. Algunos de ellos deben ser características que tengan los propios socios: inteligencia en las gestiones, capacidad de liderazgo, visión emprendedora, iniciativa, capacidad para aprovechar las oportunidades, y un sinfín de rasgos que definen a los empresarios más audaces. Pero no solo de las habilidades personales depende la buena marcha de un negocio. Es indispensable que una compañía tenga la capacidad de saber rodearse de buenos profesionales en todos los ámbitos. Podemos pensar, por ejemplo, en los trabajadores. Un buen equipo de empleados acercará a la sociedad mercantil hacia el éxito. También es necesario contar y confiar en buenos proveedores que suministren las materias básicas para el trabajo (materiales, telecomunicaciones, comida, etc. según el sector de la empresa) con calidad y a un buen precio.

Estos dos puntos, trabajadores y proveedores, prácticamente todos los empresarios los tienen claros. Pero las dudas empiezan a llegar, bien por desconfianza, o bien por desconocimiento, cuando se habla de otros ‘socios’ imprescindibles para cualquier negocio: los asesores.

En otras ocasiones os hemos hablado sobre las ventajas que supone tener una asesoría fiscal y también una asesoría laboral, y hoy vamos a abordar otra de las principales ayudas que puede recibir un emprendedor: la de la asesoría mercantil. Si te has preguntado qué pueden hacer por ti, sigue leyendo.

Ayuda para crear tu empresa con seguridad

El apoyo de una asesoría mercantil se remonta a los primeros momentos, desde el punto en el que estás pensando montar una empresa y ya tienes seleccionada la idea y hechos los planes de viabilidad y los estudios que creas oportunos.

Lamentablemente crear una empresa no es fácil en España. La burocracia frena en muchas ocasiones la iniciativa, y eso se une a los elevados impuestos a los que hay que hacer frente desde el primer momento, por ejemplo el pago de la cuota de autónomos que vas a tener que pagar independientemente de cuánto sea tu nivel de facturación.

La primera elección que vas a tener que tomar es la de qué forma jurídica das a tu negocio. Este no es un paso baladí ya que tendrás que elegir entre más de diez modelos para ver cuál se adapta mejor a tus necesidades, y cada uno tiene un proceso diferente e implica una serie de responsabilidades distintas.

La recomendación es que tengas en cuenta el nivel de responsabilidad ante las deudas que quieras asumir. Esa tiene que ser la base de tu elección, y luego también debes tener en cuenta el número de socios y la forma en la que cada uno aporta capital o trabajo a la sociedad. Por lo general, para nuevas empresas, se va a optar por ser empresario individual (el autónomo) o por crear una Sociedad de Responsabilidad Limitada (S.L.) que requiere de un capital mínimo de 3.000 euros para su constitución.

La asesoría mercantil te guiará en el proceso ya que se necesitan varios pasos. Con carácter general (dependerá de la persona jurídica elegida) hay que solicitar la certificación negativa del nombre de la sociedad –para saber que no existe otra compañía con el mismo nombre-, el Número de Identificación Fiscal, pagar los correspondientes impuestos e inscribir a la empresa en el Registro Mercantil. Pero, sobre todo, necesitarás presentar ante notario la escritura pública de la compañía en el que se detalla la identidad de los socios, la aportación de cada uno, el objeto social de la empresa, el modo de administrar la sociedad y otras consideraciones que se tienen que incluir en los Estatutos según impone la Ley, y para cuya elaboración precisarás de un asesor.

Accionistas y sus acciones. ¿Cómo organizo esto?

Otro de los aspectos a los que se debe enfrentar el empresario desde el inicio de su andadura es el reparto del capital social en pequeñas y proporcionales partes. En las Sociedades Limitadas los socios fundadores se repartirán, según sus aportaciones, las participaciones en las que se divida ese capital, y que supondrán el poder de control que tengan sobre las decisiones de la compañía.

En una S.L. es relativamente fácil gestionar estas participaciones así como las juntas directivas, ya que lo habitual es que haya pocos socios, todos sean conocidos, y las decisiones se tomen diariamente sin necesidad de convocar una junta. La cosa se complica cuando uno de los socios decide vender su parte, ya que hay una serie de restricciones a tener en cuenta.

Pero en una Sociedad Anónima, una persona jurídica puramente capitalista, no es tan sencillo. Del capital social de la compañía podrá formar parte personas de cualquier parte del mundo con el simple hecho de adquirir acciones, que son las partes alícuotas en las que se divide el capital social de la empresa. Al poseedor de esas acciones se le denomina accionista, y este tendrá poder de control sobre lo que se haga dentro de la sociedad mercantil.

Evidentemente el poder del pequeño accionista queda muy limitado ya que una gran compañía, de las que cotiza en el IBEX 35 por ejemplo, puede contar con millones de acciones de las que el pequeño inversor solo tendrá, como mucho, unos pocos miles.

En cualquier caso, la Ley exige convocar una junta en la que se cite a todos los accionistas de la empresa, y esto lleva un proceso complejo que solo una asesoría mercantil puede realizar. También en este apartado es importante mencionar el reparto de dividendos que va asociado a las acciones, y que también debe establecer un especialista.

El asesoramiento jurídico, básico en la rama mercantil

Una vez constituida la empresa, y en pleno funcionamiento, hay que ser consciente de toda la normativa que envuelve a una sociedad. En muchos casos el desconocimiento hace que el empresario no sea consciente de todos los puntos a los que se enfrenta, de todas las condiciones que debe cumplir en ámbitos dispares.

Es por eso que una asesoría mercantil se destapa como clave para evitar procesos judiciales, sanciones, demandas, y multas que pueden venir principalmente desde la Administración, pero también por parte de algún cliente o proveedor.

Y esto es más importante de lo que puede parecer, porque por un lado sirve para evitar castigos económicos que hipotequen el futuro de la sociedad. Pero hay que saber que el Código Penal también incluye situaciones en las que los administradores sociales pueden verse involucrados, y una asesoría mercantil sirve para prevenir estas situaciones que podrían desembocar en penas de prisión.

Hay que tener en cuenta que la responsabilidad también puede atañer a la propia persona jurídica, y no solo a las personas físicas que se encuentran al frente. En este sentido dependerá del tipo de forma jurídica adoptada al principio.

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Arbitraje y mediación, cuerdas de salvación de las que tienes que disponer

Avanzando en la vía de evitar sanciones y multas abordamos alguna de las opciones que están al servicio de las empresas, pero que no todos los empresarios conocen. Se trata de los arbitrajes de consumo y mediación, que facilitan una opción extrajudicial para encontrar solución a los problemas de los clientes.

En esencia, y explicado de una forma breve y sencilla, estas mediaciones son mesas de negociación en las que se reúnen las partes para tratar un determinado conflicto sin necesidad de llegar la justicia. Están articuladas por la Administración y con ellas se pretende agilizar la resolución de problemas, y que el cliente tenga la opción de reclamar sin necesidad de incurrir en los gastos, de dinero y tiempo, que supone presentar una demanda.

Por parte de la empresa esta opción también es interesante ya que sirve para mostrar cercanía hacia su consumidor, para dar una respuesta rápida a tus clientes, y para evitar problemas mayores. Una negociación a tiempo hoy puede evitar una sentencia en contra dentro de unos años. Y esto repercute en la imagen de la compañía, ya que, especialmente si esta es grande o tiene relevancia mediática, una sentencia en contra puede salir en los medios de comunicación y afectar a la imagen que el ciudadano percibe sobre ella. Con la vía extrajudicial se evita este contratiempo.

Para poder participar en este sistema de arbitraje se precisa de una asesoría mercantil que pueda explicarte cómo hacerlo y cuál es la mejor opción en tu caso. En Easyoffer disponemos de los mejores asesores especialistas en derecho mercantil, y con tan solo rellenar el formulario online en nuestra web dispondrás, de forma gratuita y sin compromiso, de hasta tres presupuestos personalizados de profesionales cerca de ti.

¿Buscas inversión? Contrata un asesor

Otro de los campos más relevantes en los que un empresario puede necesitar de un asesor mercantil es el de la financiación, ese caballo de batalla para muchas empresas.

Y dentro de las múltiples opciones que existen, y de las que os hablamos en este artículo, es en el ámbito de la inversión privada donde quizá más pueda aportar el asesor. Organizar una ronda de inversión o buscar fondos de capital riesgo es una de las labores de una asesoría mercantil, incluso es posible que esta conozca a las personas ideales con las que entablar una conversación y establecer vínculos de networking, que sirvan para abrir puertas que hasta entonces parecían inexpugnables.

El fin: disolución y liquidación

Aunque resulte irónico, también poner el punto y final requiere de un proceso legal que debe ser cumplido. ¿Para qué -pensará alguno- si voy a cerrar la empresa? Pues por varios motivos de peso.

Disolver y liquidar la sociedad mercantil implica seguir unos cauces concretos con la finalidad, en esencia, de cumplir con las obligaciones adquiridas por parte de la compañía hacia sus proveedores y Administración. Esta es la forma en la que los acreedores se aseguran que puedan cobrar todo o parte al menos de lo que se les debe, y su importancia residirá en las situaciones que han llevado al cierre.

Si una sociedad decide cerrar por causas naturales, como la jubilación, el proceso liquidador será más sencillo porque buscará tasar todo el patrimonio, saldar con ello algunas deudas pendientes que pueda tener, hacia sus empleados o cualquier otro agente externo, y el montante sobrante se repartirá entre los socios.

La situación cambia cuando el negocio se ve obligado a cerrar por las circunstancias, como el hecho de que no sea rentable. Se puede llegar al punto de solicitar un concurso de acreedores, pero en cualquier caso el final va a ser, de forma general, el mismo. Se nombrará a unos liquidadores que evaluarán los bienes y derechos con los que cuenta la sociedad y los usará para cubrir las deudas contraídas. En el caso de que sobre algo de patrimonio, este irá para los socios.

En el caso de los concursos de acreedores hay que poner atención al papel del administrador social ya que un juez puede determinar que la situación de quiebra es culpable, por una gestión maliciosa de los socios, y eso complicaría mucho la liquidación y pondría en una circunstancia jurídicamente delicada a los propietarios. Por ello que contar con una asesoría mercantil puede ser un alivio y una tabla de salvación para bajar el telón definitivo con tranquilidad.

Facturas, nombres comerciales, contratos y un largo etcétera de trámites donde desearás tener un asesor

Aquí hemos destacado algunos de los puntos más conocidos o más frecuentes en los que un asesor mercantil va a ser tu aliado, pero ni mucho menos son los únicos.

La lista es larga, realmente larga. E incluye también aspectos tan comunes como la redacción de un contrato mercantil, la elaboración de facturas, la inscripción en la Oficina Española de Marcas y Patentes de los símbolos que caractericen a tu negocio, la modificación de estatutos, la participación en el mercado bursátil, y un sinfín de acciones más.

Es cierto que las empresas tienen muchas obligaciones de que cumplir, muchas normativas a las que atenerse, y está encorsetada por la Administración. Pero no es menos cierto que las posibilidades que ofrece el mercado sin casi infinitas, y que el ordenamiento español también contempla escenarios que favorecerán a las sociedades mercantil.

Para poder tener la opción de conocer qué es lo que más conviene a tu compañía, y de evitar problemas, el asesor mercantil va a ser tu mejor socio. Incluso es posible que prefieras contar con una gestora integral que te lleve todas las ramas que repercuten en tu negocio. En cualquier caso Easyoffer es tu mejor aliado.

A través del formulario online, de una forma cómoda, rápida y desde donde tú quieras, podrás explicar brevemente tu caso para recibir, gratuitamente y sin compromiso, hasta tres presupuestos elaborados por asesorías que encajen perfectamente en lo que estás buscando, y además cerca de ti. Confía en Easyoffer y encuentra a tu especialista de confianza al mejor precio.